El manejo integral de plagas es un enfoque sistemático del control de plagas y un proceso de toma de decisiones que se anticipa y previene la actividad de las plagas y sus infestaciones, combinando varias estrategias para lograr soluciones a largo plazo.

El “Manual técnico de servicio de la NPMA” nos menciona que proceso del manejo integral de plagas consiste en 6 pasos:

1.       Comunicación.

2.       Inspección.

3.       Identificación de las plagas y sus daños.

4.       Aplicación de los procedimientos del manejo de plagas.

5.       Evaluación de la efectividad a través de inspecciones de seguimiento.

6.       Saneamiento.

Pero para entender mejor cada punto vamos a detallarlo. 

Comunicación

El profesional del manejo de plagas deberá convencer al cliente de que el MIP será efectivo cuando a las estrategias se les dé el tiempo necesario para que funcionen y cuando las condiciones que propician las infestaciones se remuevan.  El cliente debe involucrarse en el mejoramiento de la higiene, la reparación de deficiencias estructurales y el monitoreo de las plagas.

Inspección

Los elementos que deberán ser objeto de inspección incluyen: problemas de humedad, mosquiteros, puertas y ventanas dañadas; los procedimientos del manejo de desechos (higiene), incluyendo la localización de los depósitos de basura; las prácticas de labores domésticas. Se debe inspeccionar constantemente en busca de los microhábitats que permitan desarrollarse a las plagas.

Identificación

La adecuada identificación de las plagas lleva a la estrategia adecuada para el control. 

Aplicación de estrategias del manejo de plagas

Involucra la selección de medidas mecánicas, culturales, biológicas y/o de pesticidas, apropiadas para el problema de plagas.

Medidas mecánicas: Uso de métodos físicos, tales como barreras, trampas, reparaciones estructurales, calafateo de grietas y hendiduras, sellado de refugios y agujeros alrededor de cables de instalaciones, así como la reparación de plomerías con fugas.

Medidas culturales: Involucra alterar el medio ambiente de las plagas a través de una higiene intensificada y la eliminación de alimento, agua y lugares de refugio.

Control biológico: Involucra uso de parásitos, predadores y materiales que alteren el comportamiento o ciclo de vida de la plaga. Por ejemplo, reguladores de crecimiento.

Los pesticidas: Es la primera estrategia de control utilizada debido a la necesidad inmediata de reducir o eliminar significativamente la población de una plaga a causa de un riesgo inminente en la salud o seguridad pública.

Tratamiento de grietas y hendiduras: Es la aplicación de insecticida al interior de grietas, hendiduras, detrás y entre objetos y al interior de huecos.

Tratamiento puntual o localizado: Aplicación de insecticida a una superficie para que los insectos rastreros, al caminar sobre dicha superficie, recojan una dosis efectiva de insecticida.

Tratamiento general: Aplicación de insecticida en un área grande.

Tratamiento de espacio: Llenar un espacio con un rocío de insecticida, nebulización, aerosol o fumigante, generalmente para matar por contacto cualquier plaga en dicho espacio. 

Evaluación

El monitoreo es el método clave para asegurar el éxito de un programa de control de plagas. Las herramientas de monitoreo incluyen trampas pegajosas, trampas de feromonas, tablillas pegajosas, cebos para roedores y trampas de luz para insectos. La evidencia de plagas deberá motivar al profesional en el manejo de plagas a reevaluar el programa, identificar áreas que habían pasado desapercibidas y eliminar puntos de entrada para aumentar la efectividad del programa. 

Referencia: 

Kramer, R., Roger, D., Larry, P., Sandy, K., & mike, P. (1996). Manual del técnico de servicio. Virginia: National pest control association .